lunes, 15 de febrero de 2010

Vacío:




Concurren las horas en un mismo punto,
a un mismo sitio:
el centro de un corazón que late
al compás del llanto de perderte,
de haberte tenido,
deseando tu boca como alimento
de mi sangre, caliente, roja,
llena de vida y oxígeno.
Maraña de sentimientos que juegan
en equilibrio, al borde del odio,
al borde del amor sentido,
sublime y perdido,
excelso y único
que no tuvo la oportunidad
de ser fruto maduro en tus manos de niño.
Las horas son lluvia
gotas los minutos,
monotonía del tiempo que silencioso
pasa y me grita que no te he tenido,
me roza y me arranca un suspiro,
un deseo que nace escondido
del centro volcánico de mi cuerpo,
que prende en llamas por tu voz,
que se hiela y rompe
en mil cristales hirientes
con el frío que siente en el vacío.
Y me duelen las horas,
que gritan en lamentos perdidos,
sordos a mis ruegos de callarse,
solos desde que te has ido,
susurros que mueren si haber nacido,
tanto amor, tanto...
que poco a poco se disuelve,
sin que lo llores, sin que lo penes,
sin que siquiera sepas lo que has perdido.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

L0 PRIMER0.-
MECAGUENRUSIAAAA
L0 SEGUND0.-
MALDITA PRECI0SIDAD QUE HAS DEJAD0
L0 TERCER0.-
MECAGUENRUSIA DE NUEV0

Susurros de Tinta dijo...

Calmate medio esposo, no es autobiográfica, se la hice a Merce, en cuanto a que se pone mucho de lo que uno mismo siente, me refiero a que el desamor todos los hemos sentido alguna vez, y si, vale, algo de tu improperio hay, pero lo llevo de "arte", con una sonrisa, vamos!!!, que no se diga!!!, no ha nacido el que pueda con una sirena, ¡¡¡he dicho!!!!, un beso en los morros, muaksssssssssssss