miércoles, 23 de junio de 2010

"Este jueves un relato": Me acuerdo de ti cuando veo...




No me gustan los refrescos que soy de cervecita fresquita y de tapita sibarita, por ello es que esto de régimen a pesar de no pasar hambre, que en realidad como dice mi suegro, no sabemos lo que es eso, y afortunadamente, es cierto, no lo sabemos, si que me cuesta eso de llenar un vaso de refresco de cola y hacer como la que me lo tomo con gusto, por eso es que me lo sirvo en copa, con mucho hielo, tal como le gustaba a mi hermano tomarse un “copazo” de ron con cola, con esa cara de disfrutarlo como si fuese algo magnífico y me sabe mejor, y sonrío, si no para fuera, si para dentro y recuerdo la cara que ponía de niño, y ya no tan niño, al mojar en la cola cualquier cosa que tuviese a mano, unos picos de pan, una gamba, una lonchita de jamón ibérico y escucho el “ummmm, que rico, ¿quieres?, pues tu te lo pierdes, luego no digas que no te he ofrecido”, y mi cara de asco absoluto le arrancaba una carcajada contagiosa y terminábamos todos muertos de risa, así que si me veis beber una coca cola ligth, (¿se puede decir marca?) con cara de asco y se me escapa una carcajada, ya sabéis que es mi hermano Diego que anda enredando a mi lado, puede que también veáis el reflejo de alguna lágrima, pero es que aún le echo demasiado de menos y me cuesta nombrarle, por eso os lo he contado de sopetón, todo seguido y sin respirar a penas.



“Desde luego nena, mira que eres coñazo, vaya marrón que les has soltado, cuéntales un chiste para que se rían, déjate de régimen y mariconadas y échale un chorrito de ron a eso, que estás muy plasta, ven, que te lo echo yo... “saboria” déjame que te lo eche, no huyas, ¿y un poquito de quesito de este pestoso dentro?, ¿eh?, ummmm, ¡que rico!”...



Sigo mirando la coca cola y sigo escuchándole, en realidad mire lo que mire, le escucho...



Demás amigos en casa de nuestro querido Gus.

lunes, 21 de junio de 2010

En guerra.




Déjame que le pegue


un mordisco a tu alma,

así,

porque se me antoja,

porque me da la gana,

y no analices,

ni pienses,

ni sintetices,

déjate morder,

sentir mi lengua recorrer tu boca,

déjame que me vuelva loca

y deje a un lado mi timidez,

ábreme el escote a la lujuria,

rómpeme en mil pedazos la vergüenza

y hagamos la guerra,

que no el amor,

entre mis sábanas sedientas...

de ti,

de tirar por la borda toda esta tristeza,

rellena este vacío con tus besos apasionados,

ponle límites a mi cuerpo acariciándolo,

y no me juzgues

y no me mires así

y no te compadezcas de mi

cuando me quede dormida sobre ti,

nombrándolo

y llorando en tu regazo .

viernes, 18 de junio de 2010

Te susurraré...


Mientras te tomas tu descanso de los ciber mundos, te impregnas de polvo y barro de la realidad mundana, desde el fondo del mar yo seguiré susurrándote para que no pierdas el norte y quede un caminito de suspiros sobre el que volver tus pasos cuando te canses de la luz solar, ¿vale?...


Llévate el calor de mi abrazo, la intimidad de nuestras conversaciones, la sinceridad de nuestras confesiones, la sensualidad de nuestros besos, la solidez de este amor que nos tenemos y la tranquilidad de la fidelidad de años conociéndonos, acompañándonos, alegrando o consolando almas tan luminosas como a veces oscuras, las nuestras, que aún tan distintas, se fundieron en una y las combinamos hasta encajarlas en un puzzle imposible de imaginar.

Pórtate mal y cuéntamelo, enamórate de otra y confiésamelo, se cruel y pervertido y refriégamelo, hiérete con las piedras del camino y ruégame que acoja tu llanto en mi regazo, siéntete solo y vacío y pídeme que no te deje solo en la noche oscura, emborráchate de vida y de luz y grítame que no me necesitas en tu lecho y échame de él sin miramientos, pero no te olvides de escribirme, puede que solo se haga realidad lo que vivas cuando pase por mi retina, cuando explote en mi pecho y lo sienta mi piel de escamas de acero.

Somos expertos en convertir la distancia en el más puro de los sentimientos, la volatilizamos con palabras, encontramos la magia de abrazarnos y sentirnos tanto que mirásemos de reojo dudando si no estábamos uno al lado del otro.

Se que volverás y yo estaré esperándote, como siempre...

Rellena la retina de miles de cosas que luego me cuentes, acaricia texturas con tus manos y dime que se siente, muerde todo lo que te apetezca y dime al oído como sabe, pero recuerda que la última imagen, la última caricia y el último mordisco debe acabar en los labios de esta tu sirena, que dentro del mar siempre espera, paciente, tranquila... que regreses.



Luis de Burg es mi más antiguo amigos en la red, hemos compartido mucho, soy una de sus más fieles admiradoras, de sus poemas, de sus fotografías, mi Nik de hecho es una foto que le pedí para que fuese mi imagen, de sus dibujos que son espectaculares y esta sirena que me hizo, ya lo he dicho antes, es perfecta, es sublime, soy yo (no en el físico, claro está, que más quisiera yo) y ha captado perfectamente mi personalidad traviesa y tímida que él tan bien conoce, pero sobre todo soy admiradora del hombre que es, al menos del que es para mi, del que es conmigo, porque no somos fáciles de encajar, los dos tenemos nuestro genio, pero siempre hemos superado cualquier pelea.

De hecho hasta él es el responsable de que me sienta sirena en un mar de letras, una de las veces que hablamos me preguntó, ¿qué eres?, yo entendí que quería saber si era hombre o mujer, pero insistió, no, eso es lo que eres fuera de aquí, pero aquí ¿qué eres?, ¿cómo te ves?, ¿eres un animal, un ser mitológico?, por ejemplo, yo soy un demonio, tú que eres... así nació mi cola de pez...

Ha cerrado su espacio, otra vez, y volverá y volverá a cerrarlo, y yo le volveré a hacer una entrada de despedida, pero así es como es esto del ciber mundo, así es Luis y así ni más ni menos es como yo le quiero, vuelve pronto demonio mío, aunque no pienso echarte de menos, nos escribimos....

miércoles, 16 de junio de 2010

"Este jueves un relato": Bichos.




Tengo un bicho en el corazón.

Solo era un gusanito, al reptar me hacía cosquillitas y me arrancaba una sonrisa allí donde la seguridad más absoluta protegía mi corazón de intrusos, cerradito a cal y canto lo llevaba yo, “entre algodone pa no dañalo”, como dice mi madre con nuestro acento andaluz, pero solo era un bichito, así que abrí una rendijita y lo dejé entrar.

Mi corazón parece que fue perfecto, como caldo de cultivo para una bacteria y el gusanito creció, se convirtió en una crisálida y salió una mariposa hermosa, sus alas me dieron aire allí donde la respiración me faltaba, volando me enseñó mundos maravillosos y espacios perfectos, se alimentaba de latidos y latidos era lo que me arrancaba al habitar dentro de mi revivido corazón.

¿Demasiados latidos, demasiado alimento?, puede ser, puede que creciera demasiado y ya sus alas no cupiesen en tan reducido espacio, puede que me equivocara y no fuese un bichito, si no algo peor, quien sabe, solo se que del cosquilleo del aleteo ha pasado al dolor de mil dientes arrancando a pedazos su carne del interior, al ahogo más absoluto, descarnado llanto inundado en sangre tibia y caliente, la mía, que corre por mis dedos impregnando el teclado de algo pegajoso y espeso, ¡que densa es la sangre!, ni la lluvia la disuelve, ni el sol la atraviesa, no hay mas negro que el que produce este rojo intenso... pero lo mantengo a raya, no dejo que salga, lo guardo dentro, muy dentro, soy fuerte, puedo con todo, eso es lo que me enseñaron y eso es lo que se hacer, callar.

Dolor que no nos mata nos hace más fuerte, y de tanto contener el llanto, el sufrimiento y dolor... yo me pregunto, ¿hasta cuanto se puede endurecer uno y no romperse?, porque siento que hay grietas, pequeñas, imperceptibles que aún hoy se pueden ocultar con una sonrisa, pero a veces, en las noches oscuras, donde me posee el insomnio, oigo el crujir seco y profundo del corazón que amenaza con hacerse añicos por crecer ese maldito bicho que lo habita, insecto, bacteria, parásito o virus... y luego, ¿como se recompone de nuevo?.



Le dije a Gus, lo siento Cielo, no creo que pueda participar este jueves, no escribiría nada bonito, saldría algo mas bien gótico... pero él me dijo, (espero nadie se asuste de sus ya conocidos improperios): “escribe, no me toques los cojones y escribe, de lo que quieras, pero escribe, por ejemplo, tengo un bicho en el corazón...”así que las reclamaciones y las quejas sobre el texto al conductor de este jueves donde participan más amigos...

lunes, 14 de junio de 2010

Se que puedo...

Y también podré con esto,

me digo mientras sigo subiendo

este oscuro acantilado

de piedras negras y agrietadas,

abajo el mar,

es un espejo gris

que refleja el color del metálico cielo,

los dedos me sangran,

llevo demasiado peso a cuestas

para mis débiles manos,

pero vuelvo a repetirme,

con esto también puedes,

el viento a ráfagas mueve mi pelo,

negro,

tanto o más que la roca,

arranca de mis ojos

lágrimas saladas que escuecen hasta la boca,

negros son también mis ojos,

y mis labios que ya no te nombran,

saborean la sal,

no la del mar,

si no la otra.

jueves, 10 de junio de 2010

Esa curva...



Me pierdo en esa curva,

si, justo esa

que se forma al unirse

tu cuello y tu hombro,

morderte exactamente ahí,

líneas que encajan perfectas,

cóncavas y convexas

de tu curva y mi boca,

lugar donde la fragancia de tu cuerpo

se hace fuerte

para regalarse a mi sentido del olfato

que se pierde en respirarte,

embriagada de tu esencia me posees

antes de ponerme un dedo encima,

ni mirarme necesitas,

ni de tu voz hermosa y plácida,

ni de verme siquiera

que siempre me acerco

por detrás

para tomar de ti

la dosis de aire que me da vida,

por eso siempre me pierdo

en esa curva, si,

justo esa que se forma

al unirse tu cuello y tu hombro,

perdiendo en ella...

mi boca.

miércoles, 9 de junio de 2010

Este jueves un relato: ¿Hacemos deporte?.


¿Qué deporte practico?, pues andamos bien, antes practicaba la levantada del cigarrillo y de la cervecita, pero ahora que lo he dejado que narices le cuento yo a esta gente, veamos, puedo decidirme por practicar alguno ahora, así llevaré mejor el mono, dicen que el deporte relaja, pensemos...


¿Hacer pompas de jabón y verlas volar o explotarlas es un deporte?.

¿Cuándo es deporte y cuándo juego?.

¿Quien decide eso?.

¿Hace falta que sea deporte olímpico para considerarlo deporte y no juego?...

Esto es muy complicado, porque la gimnasia rítmica es una disciplina, el ¡tenis de mesa!, el esgrima, pero y ¿el salto en cama elástica?, no es una disciplina, pero si lo quisieran añadir a los olímpicos a qué deporte pertenecería?, lo mismo lo podría reconocer el COI como tal, igual que hizo con la pelota vasca, ¿qué?, que no es lo mismo, pos vale, pero a mi me parece bastante más divertido, puede que por eso siga siendo solo un juego...

Pues que queréis que os diga, entonces no quiero hacer deporte, quiero seguir jugando a hacer pompas de jabón, a saltar en la cama a falta de cama elástica, a bailar hasta caer agotada en el sillón, a los médicos, jeje, eso si que es divertido!!!, al cielo voy, a corre que te pillo y mi favorito, a las guerras de cosquillas!!!.

Si, vale, me he ido del tema, pero es que eso del deporte no va con las sirenas, que nadar es una forma de trasladarse y correr es de cobardes, lo siento amigos, el que quiera, que se ponga en la cola de la consulta, ¡¡¡he dicho!!!, hoy hago yo de médico, se siente, me lo pedí prime, quien quiera jugar que juegue, ¿el deporte?, lo pensaré mañana...


Mis otros compañeros deportistas en casa de Gus

lunes, 7 de junio de 2010

Melena al viento

Y no puedo dejar de pensar en tí.




Me muero por tenerte,

me duelen las manos

de contener el deseo de tocarte,

siento sed continuamente,

de tus labios,

de tu boca,

encontrar el límite de mi piel

allí donde alcance la tuya,

respirar solo del aire que sale de tus pulmones

y no vivir

en esta continua asfixia que me mata

por saberte aquí,

en esta vida y tan lejos

como si ni siquiera existieras.

Lo se,

está escrito en las estrellas,

en el mar,

en la orilla de la playa,

seré tuya,

no habrá remedio para ese choque de constelaciones

que serán tu corazón y el mío,

luego,

la explosión destrozará alma,

vida,

pero quien puede luchar

contra este deseo que me consume,

que refreno

como intentar parar con hilos de seda

un tren de mercancías.

No es romántico,

es más que eso

es simplemente amor,

amor maldito y escurridizo,

dañino y alocado,

deseado por imposible,

imposible

por prohibírmelo la vida,

miedo a enlazar mi mano a la tuya

y ya no poder separarnos.

Todo lo he intentado,

todo y no puedo dejar de pensar en ti,

dime amor,

¿aún quieres saber lo que se siente?,

compartir el mismo aire al unísono,

rozar el paraíso

para luego quizá

caer en picados,

dime amor,

¿aún quieres jugarte el corazón

sólo por un beso?.



Él le contesto. "No, ya no, demasiado tarde, lo siento..."



Eran pozos tan profundos que nunca sospechó que estuviesen tan llenos, y las horas no daban a basto para agotarlos, y los días no tenían luz suficiente para alcanzar su fondo, y las noches no estaban provistas de suficientes estrellas para iluminar su superficie cristalina y tan opaca.


Desde lo más hondo de la oscuridad de su tristeza empezaron a manar, al principio de forma tímida, ni siquiera había reguero hecho, ni siquiera el oído experto podía escucharlos, pero a medida que desaguaban, iban tomando forma, de arroyo, de río, de catarata imparable, tomó voz de su propia forma, de su propio cuerpo y gritó hasta asustarle el mismo sonido de la inundación, vio como iba llevándose por delante todo lo que había construido, muros, defensas, contenciones que parecían de papel ante tal devastación, cruel, húmeda y se sintió estúpida, si, estúpida, insignificante y pequeña, tanto que solo un par de lágrimas le parecían más grandes que un océano, se miró al espejo y la luna si que consiguió hacer brillar su cola de pez que deslumbró por un momento sus ojos que al volver a abrirse se vieron reflejados en el vidrio y con un gesto de rabia y desprecio se limpió esas dos intrusas que jamás debieron existir y se reprendió a sí misma:

¿Cuantas veces te he dicho que las sirenas no lloran?.

Soltó su negra melena al viento con un par de movimientos de cabeza, dejó que el cálido aire del Sur lo meciera y acariciara... ese era su aire, su sitio, su tierra, allí era donde pertenecía y a donde se debía, nunca, jamás debió perderse en sueños de otras costas lejanas...

Ella se tragó el llanto y dijo fuerte y alto:

Sol, seca este estropicio, deja solo la sal para que cure las heridas.

Sirena varada. Héroes del silencio.