lunes, 18 de agosto de 2014

DOLMEN

Foto de Pe Ras.

Cuando llegó como quien llega a una meta, le gustó sus formas contundentes, firmes, en un equilibrio exacto para no caer y mantenerse en pié desafiando el tiempo y el espacio.


Pensó, me podría quedar aquí para siempre, y esa sola idea le asustó.

No sabía el motivo, pero esa estructura le hacía sentir asfixia, angustia, incluso miedo y la atravesó y echó a correr huyendo dejándola todo lo atrás que podía pero como en una pesadilla, corría y corría y volvía a toparse con ella, en una sucesión repetitiva de la que parecía que no podía librarse, su angustia crecía a la vez que el ritmo de su corazón desbocado, quería gritar pero la voz no salía de su cuerpo o ¿era el aire que se la tragaba sin dejar siquiera escucharse un susurro?, sus pies parecían no poder aguantar ya el peso de su cuerpo y justo cuando iba a caer rendida despertó sobresaltada…

- ¿Una pesadilla?.

Su voz hizo que se volviera y viera esa misma estructura justo a su lado en la cama, él tenía una pierna doblada y la otra apoyando el pié en la rodilla formando un dolmen perfecto al contraluz de la madrugada.

Se levantó y comenzó a vestirse.

- ¿Volverás esta noche?.

- No, no volveré.

Él soltó una risa apenas audible, pasó su dedo índice por su espalda y le posó un beso que hizo que todos los poros de la piel de ella se erizaran de placer.

- ¿De qué tienes tanto miedo, quién te ha hecho tanto daño?, prepararé cena para dos y te esperaré.

Ella no contestó, salió de la habitación con el mismo propósito desde hacía un par de semanas, el de no volver.