jueves, 25 de febrero de 2010

Este jueves un relato... "Unas estrellas"




Le llamaban Alegría porque nadie sabía su nombre ni de donde había llegado.
Le llamaban Alegría porque a pesar de vivir en la calle ella siempre iba cantando, por fandangos, por tarantas, por alegrías, por rondeñas y en los días de fiesta hasta se arrancaba a bailar cantando por sevillanas.
Le llamaban Alegría porque siempre tenía una sonrisa bajo su mata de pelo enmarañada y teñida de reflejos de luna de plata.
Le llamaban Alegría porque siempre decía, tenemos estrella y mientras la tengamos todo irá bien.
Pero el otro día Alegría no cantaba, iba cabizbaja murmurando:
-No hay estrellas, el cielo llorará y muchos corazones llorarán, no hay estrellas, el cielo llorará y muchos corazones llorarán, no hay estrellas, el cielo llorará y muchos corazones llorarán....
como una letanía repetía esta frase, y no contestaba ni a quines le preguntaban o intentaban animarle, solo señalaba el cielo, y seguía con su letanía, rítmica y pausada y con un acento extraño...
Muchos se rieron de ella a sus espaldas y decían Alegría ha perdido la cabeza, tendremos que llamarle la Loca.
Al día siguiente no hubo estrellas, las nubes las taparon, el cielo lloró a mares en una lluvia rítmica como el compás de la letanía de Alegría y desde Portugal llegaron noticias terribles, la isla de Madeira, ese precioso paraíso había sufrido inundaciones, con pérdidas de vidas y muchos heridos, un verdadero caos donde muchos corazones lloraron...
El acento del locutor era el mismo que tenía el día anterior Alegría.
Habían perdido su estrella y con ella Alegría su alegría.


El resto de participantes donde nuestro amigo Tésalo

lunes, 15 de febrero de 2010

Sensible a un rayo de luna




Te deseo con rabia, con desesperación,
sensibilidad extrema de una piel que se revela,
pegada a mis músculos deseando los tuyos,
abrázame para que el aire
no se escape de mis pulmones,
abrázame que me asfixio
en la libertad de tu carne,
tibia, cálida, suave...
que me provoca hambre de besos,
tus besos que son tiernos,
salvajes, vida y aliento,
de este amor que me invade,
que me hace sensible hasta al viento,
a un rayo de luna,
hasta a tus silencios.
Háblame, amor de madrugada,
confundiendo nuestros cuerpos,
relléname de esperanzas,
de alegrías, vacíame de miedos.
acaríciame, bésame, rómpeme,
a latidos, a sangre, a fuego,
a ternura, a susurros, a dulzura,
sélo todo, día y noche,
intimidemos a la soledad sintiéndonos.

Vacío:




Concurren las horas en un mismo punto,
a un mismo sitio:
el centro de un corazón que late
al compás del llanto de perderte,
de haberte tenido,
deseando tu boca como alimento
de mi sangre, caliente, roja,
llena de vida y oxígeno.
Maraña de sentimientos que juegan
en equilibrio, al borde del odio,
al borde del amor sentido,
sublime y perdido,
excelso y único
que no tuvo la oportunidad
de ser fruto maduro en tus manos de niño.
Las horas son lluvia
gotas los minutos,
monotonía del tiempo que silencioso
pasa y me grita que no te he tenido,
me roza y me arranca un suspiro,
un deseo que nace escondido
del centro volcánico de mi cuerpo,
que prende en llamas por tu voz,
que se hiela y rompe
en mil cristales hirientes
con el frío que siente en el vacío.
Y me duelen las horas,
que gritan en lamentos perdidos,
sordos a mis ruegos de callarse,
solos desde que te has ido,
susurros que mueren si haber nacido,
tanto amor, tanto...
que poco a poco se disuelve,
sin que lo llores, sin que lo penes,
sin que siquiera sepas lo que has perdido.

sábado, 6 de febrero de 2010

Una segunda oportunidad, soy un ser imperfecto...





Soy un ser imperfecto, suelo cometer errores por tanto es en ellos en los que debería hallar la necesidad de desear una segunda oportunidad y me he centrado por tanto en pensar en mi imperfección y en esa segundas oportunidad que debería desear…
Siendo sirena mi cuerpo de mujer tiene una imperfecta cola de pez y mi cola de pez tiene un imperfecto cuerpo de mujer, por tanto si estoy en la mar, mi cuerpo de mujer echa de menos tierra firme, estando en tierra firme mi alma de pez echa de menos la mar… pero en realidad esto no es una desventaja, me hace ser inquieta, moverme de un sitio a otro sin parar, no aburrirme y sobre todo saber apreciar en su valor tanto uno como otro lugar.
Miles de decisiones ahora vistas con la perspectiva del tiempo las tomaría de otra forma, amores de los que debería haber huido en cuanto los encontré, amigos a los que herí o me hirieron…pero todo ello me ha hecho ser la persona que hoy se sienta a reflexionar, si todos esos errores no los hubiese cometido no sería yo y quizá no pensase lo mismo, sería quizá un ser tan seguro de sí mismo que el error sería creerme perfecto y encerrarme en esa perfección sin abrir la mente a otros pensamientos, espero seguir equivocándome y creciendo al aprender de mis errores, perdonármelos y perdonar los de los otros…
Solo hay algo que es irremediable y es la muerte, quizá sea ella la única que me haga desear una segunda oportunidad, no la mía, no, esa me da lo mismo, pero desearía una segunda oportunidad de poder mirarla a la cara y decirle, ¡vete!, vuelve dentro de muchos años más, todavía me quedan muchas cosas que decirle, muchos abrazos que darle.

Este sábado conduce María José Moreno, en su casa el resto de participantes.

miércoles, 3 de febrero de 2010

En el borde del llanto...




Echar la soledad con un beso,
es tan fácil,
como encajar nuestros cuerpos
y prohibirle al aire
meterse entre nosotros.

Gastar una broma al tiempo
dejarlo parado en tus manos
acariciando mi pelo,
perdida yo en el empeño
de susurrarte unos versos.

Rompamos los latidos
para encajarlos de nuevo,
en tu corazón ya mío,
en la pasión,
que recorre un escalofrío.

Acércate amor,
que te susurre al oído,
todo lo que siento,
al hacerte mío,
en el borde del llanto.

En las nubes



Nunca he volado sin alas prestadas,
sin embargo me se de memoria
el tacto etéreo de las nubes...
Nunca bebí la miel de un beso
en los labios de quien amo,
sin embargo guardo su sabor.
Nunca he recorrido ensimismada
las calles del Machu Picchu
pero conozco sus sonidos.
Nunca me he cobijado en sus brazos,
pero no encuentro mis límites
si no es encerrada en su abrazo.
Nunca en resumidas cuentas
he sabido tener los pies en tierra,
suelo perderme en el mar de mis letras.
Nunca viviré mis sueños en realidades
nunca mis realidades serán de ensueño,
nunca es una palabra que no me preocupa.
Nunca haré un poema, eso es lo malo,
sin que acuda su nombre a mis dedos
y duele físicamente el echarle tanto de menos.


No me digas que no he sido
el juglar de tus noches en vela
cuando tu de amor, amor, me has herido.

Ahogo



Las horas son preámbulos
para perderme en tu boca,
todos los minutos de vacío
y todas las palabras calladas
me llevan a cobijarme en tu abrazo,
para nada vivo
y solo quiero soñarte de nuevo,
llenado vacíos,
socavando mi cuerpo,
dando al aire el oxígeno que respiro...
las lentas horas me ahogan,
lo sabes y callas,
lo se y no digo nada,
este dolor corrosivo
que me ata los dedos,
esa cabezonería tuya
que nos mata en silencio.



Sirena que navegas por los mares
y lloras por dentro tus pesares.

Bébete mis lágrimas




Escribo líneas sin sentido,
en un simple y blanco papel,
de saliva mi pluma he cargado,
susurros tono transparente pastel
y mi mano termina escribiendo,
mil versos absurdos sin querer:
...Me matan las ganas,
las manos me duelen,
mi piel se desdibuja
en el deseo de tenerte.
El aire no me sacia,
el agua no quita la sed,
la comida no sabe a nada,
sin amor a oscuras me quedé.
Entró en mi vida la soledad,
dejé que viniese a visitarme
y se ha quedado instalada
en el vacío angustioso que dejaste.
Bébete mis lágrimas,
del intenso dolor del ser
nada sin tu mirada,
ámame, amor, otra vez.


Desapareciste del círculo de mis manos
trazados ahora al aire.