jueves, 16 de agosto de 2012

Este jueves un relato… Calor


Siento las cosquillas del recorrido de las gotitas de sudor resbalando por mi cuello y perderse entre mis pechos, te miro y tu mirada las sigue, absorto en su recorrer silencioso por mi piel. Miro el termómetro de la plaza, 32º, 22:35h, no ha aumentado la temperatura desde los últimos diez minutos, pero mi cuerpo no opina lo mismo, mi corazón se ha disparado, siento sus latidos en mi garganta, me entretengo sin querer en la observación del recorrido de otras gotas de sudor, las tuyas, que a pesar de perderse por tu camisa, las sigo con la imaginación y al darme cuenta que bajo demasiado la mirada la aparto ruborizada y ya la temperatura ha sobrepasado los 50º, ese termómetro está mal, ¿habrá un teléfono de averías para termómetros?, me pregunto intentando distraer mi mente del calor, de tu sudor, de tu cuerpo desnudo a pesar de la ropa…


- Ese termómetro está mal, ¿habrá un teléfono de averías para termómetros?- te oigo decir en ese mismo instante y no puedo evitar soltar una carcajada.

- No sé si habrá un teléfono- te susurro suavemente mientras me acerco a ti y atrapo una gotita de sudor de tu cuello con mi dedo y te la enseño con una sonrisa traviesa- pero dime, ¿no te apetece que probemos a reventar el termómetro antes de llamar a averías?.



Continuadlo vosotros… en la imaginación o soltad los deditos, si alguien se atreve subiré su aportación al minirelato…¿qué queréis?, una es una sirena traviesa y si se me tienta no puedo resistirme, jajajaja, miles de besosssssssssssssss.

Se han animado a contiruar o a participar con sus aportaciones:




No se bien si esto de  mi marinero de agua dulce es una continuación, jaja, pero me ha gustado tanto que lo subo, para eso esta es mi casa, jejeje





suda la sirena bajo las aguas al ver al tritón blandir su tridente, suda el tritón cuando la sirena aparta su melena que oculta sus dones humanos. Hierven las aguas en las profundidades. Pronto borbotones de burbujas se elevaran portando en cada una de ellos, la esencia del deseo en su interior. Al otro lado del mar, mles de bañistas apagan su sed en las aguas del mar, sin ser conscientes que un tsunami de sexo se les avecina







Mi diosa Gatuna, a la que le pedí prestado este trocito de su fantástico relato por ser perfecto para este jugando.



Qué calor esa gota que resbala muy lenta por el escote entre los dos pechos, y qué frío deleitoso, esa otra gota, desprendida de un cubito de hielo, siguiendo el mismo camino.



Mi querido Pepe que nos propone acabarlo con uno de sus haikus… todo un lujo...



Sobre la cama,

el sudoroso rastro

de los amantes

Mi hermanita del alma que lo ha dejado en su blog como jueves, jajaja, es una bruja muy especial…



Te acercas a mí sigiloso, casi sin respirar y te llevas mi dedo a tú boca.

Sin mediar palabra, me coges de la cintura y me besas mientras siento estremecer todo mi ser.

Poco a poco te acercas a mi cuello y lo recorres con tú lengua recogiendo mis gotitas de sudor.

-Cariño- Me susurras con tono travieso. -No vamos a reventar el termómetro, vamos a derretirlo.

En ese mismo instante y sin dejarme mediar palabra, comienzas a besarme como si fueras a comerme, mordisqueando mis labios con ardiente pasión fundiendo tú boca con la mía.

El calor del cuarto es insoportable, pero apenas lo siento, sólo quiero que me hagas el amor, que me poseas, que me devores, que nuestros cuerpos se fundan y se conviertan en uno solo.

Como animales salvajes nos denudamos arrancándonos la ropa y nos dejamos caer en el suelo.

-Cariño- te digo. - Estás ardiendo-

-No amor- me contestas. -Todavía no, pero tranquila, que todo llega-

Con tú lengua comienzas a recorrer todo mi cuerpo hasta llegar a mi sexo deteniéndote en él.

Con una suavidad exquisita, siento como lo lames, lo besas y lo degustas hasta llenarte de mi elixir.

Quiero moverme, pero no me dejas. Tú sonrisa juguetona y traviesa me dice que lo mejor está por llegar.

Me tomas por la cintura y me penetras disfrutando mi cuerpo primero tiernamente y luego aumentando la intensidad hasta hacerme gritar con tus brutales y deseadas embestidas.

Como puedo, tomo las riendas y me pongo encima tuyo. Tocas mis senos y acaricias mi cuerpo con tus manos mientras yo me agito llena de placer....

Nuestro orgasmo no se hace esperar. Primero yo y después tu explosión de placer.

Me miras sonriente y me dices en tono travieso...

-Amor, ya podemos llamar a averías.



Mi querida Cass que nos ha dejado esta prpuesta y me ha dejado muy sorprendida, quien tiene arte está claro que es capaz de cambiar de regitro con esta facilidad…



"Me gusta tanto mirarte, cuando te pones como animal en celo.



Me gustas desnudo vestido de azul, negro, o gris, pero cuando tu camisa blanca se humedece al reclamo de piel... caigo a tus instintos hecha una gacela y galopamos juntos no importa el calor, el frío o la humedad.



La temperatura sube, para depositarnos satisfechos y extenuados de tanto navegar el deseo, a la orilla de una playa donde la brisa fresca acompaña el inicio de ese dejarnos llevar, luego de haber dirigido las riendas de ese caballo desbocado."




El resto de participantes en casa de mi querida Tocaya que es la que ha propuesto tan sugerente tema, Maria José Moreno, mmmm, esto es un juego dentro de otro juego…

lunes, 13 de agosto de 2012

Tu boca es un vaso de agua… un susurro para mi fotógrafo.


- Me gustan más tus besos de despedida que de bienvenida, ¿porqué será?.
- ¿No serán los tuyos?, que te despides muy rozando los “límites”?, anda, anda, hasta mañana.

Desconecto el sonido del móvil para intentar conciliar el sueño que mañana hay que madrugar y no puedo permitirme el lujo de seguir “wasapeando” contigo, se bien lo que haces, tientas a esta sirena y necesito mis escamas, meto mi índice derecho en el vaso de agua de mi mesita de noche, pero susurran tu nombre en un murmullo metálico, demasiado tarde, ya te has metido en mis sueños, la humedad de mi dedo ya no es agua, que siento los vestigios de la calidez de tu boca, imposible ya negarse a sucumbir a la tentación de traspasar los límites del espacio y buscar con mis labios el sabor de los tuyos, nos abandonamos a un beso que para el tiempo de todos mis relojes…

- No sabes lo que has hecho mi fotógrafo, ¿cómo se te ocurre tentar a una sirena?, esta noche dormirás conmigo en el fondo del mar y ni siquiera tú podrás evitarlo.



Nunca tientes a una sirena… no somos vengativas, pero nos encanta jugar…

jueves, 9 de agosto de 2012

El don de la magia de Pía.


Este cuento es para Pía, la hija de mi amigo Manu que es la continuación de otro que le escribí a su hijo Iker, os dejo el enlace porque creo que es difícil seguir este sin conocer el otro:
El secreto de la sirena.

En el Secreto de la sirena, utilicé el nombre de Miguel en vez del de Iker porque lo escribí en un arrebato y no había pedido permiso para usar el nombre del niño, esta vez si he usado los nombres verdaderos con permiso de su progenitor.






De repente aparezco en un lugar que me suena, miro alrededor, ahí está el estanque, ¿Cuánto hace ya?, ¡tres años por lo menos!, vuelvo a estar en el aeropuerto de Bilbao, te busco a ti o a Iker pero me topo con un par de ojos relucientes, verdes como los reflejos del mar Caribe, que me miran con curiosidad, una preciosa niña de un año más o menos, me agacho y le pregunto su nombre, luego me río para mí misma, ¡si ni siquiera sabrá hablar!.


- Me llamo Pía.

Un escalofrío me recorre la piel, la chiquilla no ha abierto la boca y mi mente me aclara de repente “nombre nórdico de su abuela materna que acaba de fallecer” y ya se quien es, claro, ¡es tu hija!, es más bonita si cabe al natural que las fotos, me agacho para mirarla mejor y suelta una carcajada cristalina, me toca las piernas…

- ¿Y tus escamas?...

Me miro asombrada y veo que efectivamente no luzco mi cola de pez si no mis piernas humanas, no lo entiendo, debo de estar aquí por una gotita de agua y ¿Pía sigue hablándome sin abrir la boca o es que estoy ciega además?.

- Si que estás aquí por una gotita de agua, y ¿porqué quieres que abra la boca para hablar contigo?, sólo puedo hablar contigo, aún no he aprendido el lenguaje humano, ya voy entendiendo muchas cosas, ¡pero no se hablar!.

- Claro, que razón tienes, solo los niños conserváis el don de la magia, luego, lo vais perdiendo, en cuanto aprendas a hablar ya no podremos hablar así, pero sigo sin entender porqué no tengo mi cola de pez si me has llamado con una gotita de agua.

- No te he llamado yo, has sido tú la que te has puesto la gotita de agua…

Me llevo la mano a la frente y ¡es cierto!, tengo una gota de agua que se escurre por mis dedos bajo mi incrédula mirada, no tanto como la tuya que nos miras a las dos intentando averiguar que hacemos mirándonos sin decir nada de nada, te la enseño y no tienes ni idea de qué es lo que te quiero decir.

- Te parecerá bonito venir a mi tierra y no avisar siquiera, ¿no?, y ¿como has encontrado a este revoltillo?, menudo susto me ha dado, en un segundo se me ha despistado.

La coges por debajo de los brazos y la elevas todo lo alto que te permiten tus brazos, ella ríe de nuevo a carcajadas y simula volar…

- Pues, verás… creo que me ha encontrado ella a mí, creí que me había llamado con una gotita de agua, pero mira – levanto un poco mi falda para que veas mis piernas, ya a la vista sin necesidad de levantarla, así que la bajo inmediatamente un poco azorada- ¿ves?...

- Hombre, pues sí, emmm… ¿bonitas piernas?... -y te encojes de hombros atravesándome con la mirada y una sonrisa burlona- pero no es sitio este para esto ¿no?.

- ¡No hombre!, déjate de bromas que esto es muy serio, ¿no ves que no tengo mi cola?, y ¡soy yo la que tengo la gota de agua en la frente!.

- No se lo que quieres decirme, toma a Pía que voy a por Iker que al final pierdo a uno y la cabeza por tu culpa, sirenas, ¿Quién las entiende?- y sales corriendo y en un segundo te pierdes de nuestra vista entre la gente-

- Bueno, Pía, nos hemos quedado solas, pero no te preocupes que papá viene en un segundo, ha ido a buscar a tu hermanito.

- Ya lo sé y también sé porqué te has puesto una gotita de agua en la frente…

- ¿Yo me he puesto una gotita de agua en la frente?... ¿porqué?...

- Porque se te está olvidando pasear por el fondo del mar y necesitas a papá para que te recuerde que es ser una sirena.

Empiezo a reírme de su ocurrencia, pero esos ojos verdes clavados en mi, interrogantes, me hacen parar y recapacitar justo cuando llegas con Iker que se abraza a mis piernas y ¡está hecho un hombrecito!, ¡cuanto ha crecido en estos años!, te devuelvo a Pía y abrazo a Iker que me dice al oído, -¿Dónde están tus escamas sirena?-

- Creo que las he perdido.

- No las has perdido, solo necesitas un empujoncito para volver a encontrarlas – y miras a tu padre con la misma sonrisa burlona que has heredado de él.

- ¿Se puede saber que es lo que os traéis entre manos los tres?- miras a Iker a Pía y me dejas clavada a tus pupilas esperando una respuesta.

- ¿Crees que he perdido las escamas?, ¿Qué he dejado de ser una sirena?...

- Eres una sirena, puede que tengas demasiado polvo en los pies, puede que hayan perdido el brillo tus escamas y que hayas olvidado nadar por el fondo del mar que es lo mismo que volar, pero eres tú y no debes olvidarlo- y sin mediar ni una sola palabra más sueltas a Pía en el suelo, me coges en brazos ¡y acabo de nuevo en el estanque!.

- ¿No te referirías a este tipo de empujoncito verdad Iker?- mi cola de pez sale por el bordillo del estanque y pienso – Lo que faltaba, ¡vuelta a empezar!, espero que en la sala VIP no haya nadie…

Vuestras risas se oyen por encima del murmullo de la gente y le digo a Pía, solo con el pensamiento

- Qué razón tienes, la gotita de agua esta vez me la he puesto yo, hace falta que los amigos, los que te quieren, de vez en cuando te recuerden quien eres.