jueves, 23 de febrero de 2012

Este jueves un relato: Me ocurrió algo extraordinario: El helado de manzana…




Mi vida era un caos, mi pecera, esa en la que viví mil años feliz, con cristales limpitos, plantas hermosas y barcos piratas hundidos llenos de bellas joyas se me había quedado pequeña, más bien diminuta, los barcos de adorno habían perdido los colores, los cristales eran oscuros y no dejaban pasar la luz y las plantas habían muerto, pero después de esos mil años encerrada en ella, no se como deciros, tenía miedo de salir de ella, pero una sirena no puede vivir más tiempo encerrada o se muere, así que a pesar de todo salí de ella.


Los habitantes de la casa no me entendieron, todos me gritaron y los que no, me miraban de reojo:

- “ Mírala, tenía la mejor pecera del mundo, pero qué se habrá creído, saliendo de ella y echando a andar.“

…las sirenas no lloramos, así que nadie vio mis lágrimas ni entendió que necesitaba aire y respirar.

Un día una amiga me dijo:

-¿te vienes a la playa a pasar el fin de semana?.

- Si, claro, eres genial, eso es lo que necesitan mis escamas, ¡el mar!.



Salimos a pasear por el paseo marítimo y entramos a comprar unos helados y me pedí uno de tarta de manzana, nos sentamos mirando el mar.

No existe nada como el mar, sólo mirarlo y te acaricia, te consuela, te habla.
Le di un mordisco al helado, cremoso, exquisito, jamás había probado ese sabor, dulce y refrescante de la fruta, el crujiente cucurucho de galleta que se rompía en mi boca invadiéndola, las gotitas de helado que resbalaban y capturaba ávida con mi lengua mientras contemplaba la inmensidad de mi mar, ¡ais! mi mar, tan simple, tan azul, tan ondulante, puede que mi pecera fuera más hermosa, pero no hay nada como la inmensidad del mar.
La combinación de algo viejo y familiar como el mar, con lo nuevo y sorprendente del fantástico helado de tarta de manzana, obró la magia necesaria para que, al menos en ese momento, mi alma recuperara la calma, la paz, se curara y volvieran a nacer todas mis escamas nuevas y relucientes.

- ¿Sabes?, esto es mejor que un orgasmo, un día tengo que escribirlo.

Mi amiga todavía se está riendo, y ya sabéis que las sirenas siempre, siempre cumplimos nuestra palabra, de esto hace ya como cinco o seis años, pero aquí está contado lo extraordinario que puede ser el helado de tarta de manzana para una sirena.



Si, lo sé, vosotros los humanos pensaréis que eso de describir como una experiencia extraordinaria lo del helado de tarta de manzana es una tontería, pero dejadme que os diga que cada experiencia que recordamos, es única, por quien la vive, en el momento concreto que lo vive y como la siente y no hay normas para ello… el corazón es igual de complicado para las sirenas como para los humanos, estad atentos siempre a esas pequeñas cosas que se convierten en algo extraordinario, en ellas se esconde la felicidad.



Maru nos acerca este jueves a las demás experiencias inolvidables…

miércoles, 22 de febrero de 2012

Tengo, tengo, tengo...

Tengo un millón de letras saltando entre mis manos, metiéndose entre las uñas, pidiendo ser ordenadas en versos, en frases, en cuentos o relatos y darles así vida, pero tengo los dedos helados y nada sale…


Tengo un sol brillante, días claros y serenos, de esos que siempre me alegran el alma y me da por recoger rayitos de sol para mis amigos, pero miro al cielo azul y echo de menos las nubes que den vida al campo seco…


Tengo mil cosas que decir y otras mil que preguntar y sin embargo no lo hago, ¿a la vejez voy a volverme prudente? , no creo, más bien temerosa de herir o incomodar, o que me hieran y me incomoden y es que con la edad una aprende que el ser valiente va mucho de la mano con el ser inconsciente…


Tengo las manos llenas de caricias, los brazos de abrazos, los labios de sonrisas, la boca de besos, los ojos de curiosidad, la cabecita de proyectos, el alma de sueños, el corazón de mi gente, los pies del polvo de mil caminos…


…pero mis susurros…


…mis susurros están vacíos.

martes, 7 de febrero de 2012

Contigo...

Vuelan las horas rebeldes
ignorando al reloj pausado,
pero me mecen despacio
como las olas de mi mar.
Volver al hogar
tras un viaje largo,
sentarse cómodamente
y descansar.
Sin conocer, confiar,
sin tener motivos,
reír con sonrisa ancha,
carcajada llena de vida, sana.
No te lo digo...
mis susurros callan...
puede que teman...
romper la magia...


jueves, 2 de febrero de 2012

Este jueves un relato: Persona que es curiosa, tiene refrán para cada cosa.

Escena primera (y única, que esto son micro relatos, jejeje):


Contemplamos una familia al completo, el abuelo, la abuela, el padre, la madre y los hijos, niña y niño, en un cuartillo hay una máquina rústica para la extracción de miel, un caldero con agua caliente para mojar los cuchillos y cortar los sellos de los panales, tres sillas bajas de anea y miles de abejas revoloteando al olorcito de la rica miel.


-Abuela: ¡Antonio!, siempre por medio, no habrá sitio para ponerte, eso es que quieres que te roce...


(Todos ríen, ni el abuelo Antonio se puede poner en otro sitio que es el encargado de darle al botón de la máquina, ni la abuela puede pasar por otro lado para acercar los panales y retirar los vacíos).


-Madre: Así no Nacho, por la superficie o te llevarás medio panal!.


-Abuelo: Este niño “es más inútil que el asa de un búcaro”.


-Niño: Inútil no, es que es la primera vez que lo hago y las abejas no dejan de volarme por la cara intentando picarme.


-Niña: Lo hace mal queriendo para no hacerlo, mira como mi madre y yo lo hacemos bien y también es la primera vez.


-Padre: Estoy hasta las narices de subir cubos, no los llenes tanto madre, que pesan una barbaridad.


-Abuelo: ¡Venga ya!, deja de quejarte, “que trabajas menos que el pito de un avión”, ¡yo con tu edad me comía el mundo!.


-Madre: Antonio, a nosotros con tu edad, se nos comerán los gusanos, jajaja.


-Abuelo: Vosotros habéis vivido en la espuma, no sabéis ni lo que es trabajar ni sufrir, nosotros “hemos pasado más hambre que el perro de un circo”.


-Abuela: Ya estamos, bueno sea, deja a los niños en paz, que “ de airado a loco, va muy poco”.


-Niña: Muy bajito al oído de su madre. “Dios los cría y ellos se juntan” y esto de los refranes debe heredarse no?, jajaja.


-Niño: ¿Cuando vamos a comer?.


-Abuelo: Míralo, este niño tiene “el mal del milano, el ala quebrá y el pico sano”, vamos “a dar de mano” que estos niños están cansados Manuela.


-Abuela: Pues no se diga más, mientras vosotros recogéis, nosotras ponemos la mesa y a lavarse antes de comer que “el agua ni envejece ni empobrece”, hoy tenemos sopeao, “cucharada y paso atrás”.






-Abuelo: (cuando todos han salido de la escena y dirigiéndose al público) “No es más rico el que más tiene, si no el que con menos se conforma” y yo soy el hombre más rico del mundo, mi familia, trabajo que no falte y un buen sopeao en la mesa, ¿es que se puede pedir más?, juzguen ustedes.






Se cierra el telón.






Y como de refranes va la cosa os diré para terminar que “la gracia de cada refrán, es decirlo en el momento y el lugar en donde van”, “hombre refranero, medido y certero” y que si queréis saber más de refranes os invito un día a una tasca de mi pueblo, “a poner la oreja en conversación ajena” y allí los mayores son una gran fuente de sabiduría y conocimiento del refranero popular o podéis pasar por casa de nuestra fantástica conductora de este jueves, la revolucionaria, grandiosa y mente privilegiada Verónica Marsá