viernes, 23 de octubre de 2009

"¡Pedigüeños!"... "¡Este jueves, un relato!"




Buenas, tu estás bien, el marido bien, los hijos bien, todos bien?.

Todos bien gracias, le contesto mientras rebusco en mi cartera un par de euros para pagarle los pañuelos, cuando se lo alargo, me fijo en su sonrisa ancha, sus dientes blancos que contrastan con su piel azabache, siempre está alegre, sonriente...le devuelvo la sonrisa casi sin querer, porque su sonrisa se contagia, sigue al siguiente coche, así día tras día, con calor, con frío con lluvia, pero nunca pierde la sonrisa... si no necesitas pañuelos te pide que le des algo para comer, si no le das nada, si ni siquiera bajas la ventanilla se despide saludando con su sonrisa ancha...

A veces lo miro de lejos y pienso que la felicidad no tiene nada que ver con el dinero, con el trabajo, con todo lo que nos rodea, el es feliz, y además de pedir o vender pañuelos, no es un pedigüeño, es un maestro que todos los días nos da una valiosa lección de vida, claro que como en todas las aulas, hay alumnos que atienden y aprenden y otros zoquetes que pasan de largo sin aprender nada de nada...



Para participar o leer a otros participantes ve a casa de Tésalo

2 comentarios:

Natàlia Tàrraco dijo...

Susurros...esa sonrisa vale mil pañuelos, hay gente que otorga más que recibe, que no nos falten. Bsito mío y del Quinto, natalí

Anónimo dijo...

Es verdad, algunos se ponen furiosos y bufan, ante las personas que se te acercan a pedir o vender, o los niños de la calle y de todos podemos rescatar algo bueno.

Saludos.