Hoy por ti, voy a vencer mi vértigo y subirme a una nube para contemplar tu vuelo, así desde el cielo, entregarte mi regalo para un día tan especial, no, no voy a felicitarte, debería felicitar a todos y cada uno de los que tenemos la suerte de conocerte.
Me pediste un roscón de Reyes, pero ya sabes que aunque soy de complacer a mis amigos, hay normas que no rompo y si eres goloso, digo yo, que lo mismo te da una tarta.
Para ti de chocolate amargo como la distancia y negro como tus alas, no me mires así que nos conocemos, ¡claro que lleva sorpresas dentro!, para arrancarte una sonrisa y mimar esa parte tuya tan niña, curiosa y traviesa que siempre me desarma.
He metido en ella un trocito de cielo, no cualquiera, si no de ese precisamente que rocé con mis dedos el día que te cruzaste en mi vida, no hay ninguno más bello, de echo creo que antes de ti ni siquiera existía el cielo.
También hay dentro un Beso, si, sólo uno, pero ese que sólo tú y yo sabemos, no se necesitan más besos, es más, el resto, no deberían llamarse así o tendremos que inventarnos un nombre para ponérselo a este Beso.
Hay también cosquillitas, las que producen mis dedos al rozar tu espalda cuando paso por tu lado y te pillo descuidado soñando, no se resisten a tocarte, ya sabes que a penas puedo controlarlos, ¿qué te cuentan cuando escriben en silencio sobre tu piel?.
Me ha costado envolver esta caricia, no tiene límites ni de tiempo ni de espacio, ten cuidado, si te toca, al abrirla, la he comprimido tanto que lo mismo se derrama por tu cuerpo inundándolo y a ver como luego te deshaces de ella.
También hay una moneda, es mágica, la he fabricado con mis propias manos, acero de mis escamas y sueños, si le da el sol, en forma de holograma, se pueden leer todos y cada uno de los susurros que te he dedicado, dedico y dedicaré.
Hay un paquetito en el que he envuelto un ramillete de latidos, de esos revoltosos que he cogido al azar de donde los guardo cuando me los provocas, para echar mano de ellos en días grises y tristes, son el mejor remedio contra la soledad.
He metido un "ladito" ese que siempre pido que me "eches" para cuidar de tus sueños, velarlo y acompañarlo, cuidarlo para que acuda cuando lo llamas, dibujarte con palabras los más hermosos escenarios en el fondo del mar.
¿Te animas?, venga, toma el cuchillo y corta a ver que te toca, como es tu cumple si quieres, pero no se lo digas a nadie, dime al oído que es lo que quieres y yo te digo por donde, ¿qué las quieres todas?, no tienes remedio, anda, toma, te cambio el cuchillo por la cuchara y ya puedes empezar, ¡luego no me pidas cuentas si te empachas!, que siempre es bueno que haya una sirena en casa.
¡Ah!, claro, se me olvidaba, por supuesto que también hay una sirena, pero esa niño, cortes por donde cortes, ya te ha tocado, lo siento, ya te dije que quien tiene una sirena, la tiene para siempre y tú eres el océano de esta sirena, no se te puede querer más, imposible quererte menos.
CADA JUEVES, UN RELATO: VERGÜENZA
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* Me sumo con esta anécdota real a la convocatoria que nos hacen Rosana y
Patricia desde su blog. Pasar por aqui para leer todos los relatos.*
*P.d hay t...
Hace 12 horas
4 comentarios:
Halagado tiene que estar el afortunado que recibe tan bonitas palabras. Sobre sentimientos controvertidos las mujeres, no las que parecen mujeres, sabemos mucho. Las sirenas también, claro, pero sólo las que lo son de verdad de la buena...
Un beso y un café para acompañar la tarda.
qué bonito hablas jodía...Véis ? estos son los cantos de sirena
cuando cumplo años, me agrada que me regalen besos, en la frente de mi madre, en las mejillas de mi hermanita, en los labios de todas mis amigas, pero en especial, aquel beso que ya nunca pobre saborear en mis labios, y que deseo tanto en cada nuevo cumpleaños que suelo tener..... me como una tanta gigante de limón (pie de limón) es la que me encanta, me agrada el chocolate, pero la de limón es especial y no entiendo el porqué, quizás algo que no puedo recordar, no deseo que me regalen nada más, ya que siempre me regalan cosas que nunca uso o que no son de mi estilo, quién me entiende, no deseo nada más que un beso y un pedazo de pie de limón...
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