jueves, 9 de agosto de 2012

El don de la magia de Pía.


Este cuento es para Pía, la hija de mi amigo Manu que es la continuación de otro que le escribí a su hijo Iker, os dejo el enlace porque creo que es difícil seguir este sin conocer el otro:
El secreto de la sirena.

En el Secreto de la sirena, utilicé el nombre de Miguel en vez del de Iker porque lo escribí en un arrebato y no había pedido permiso para usar el nombre del niño, esta vez si he usado los nombres verdaderos con permiso de su progenitor.






De repente aparezco en un lugar que me suena, miro alrededor, ahí está el estanque, ¿Cuánto hace ya?, ¡tres años por lo menos!, vuelvo a estar en el aeropuerto de Bilbao, te busco a ti o a Iker pero me topo con un par de ojos relucientes, verdes como los reflejos del mar Caribe, que me miran con curiosidad, una preciosa niña de un año más o menos, me agacho y le pregunto su nombre, luego me río para mí misma, ¡si ni siquiera sabrá hablar!.


- Me llamo Pía.

Un escalofrío me recorre la piel, la chiquilla no ha abierto la boca y mi mente me aclara de repente “nombre nórdico de su abuela materna que acaba de fallecer” y ya se quien es, claro, ¡es tu hija!, es más bonita si cabe al natural que las fotos, me agacho para mirarla mejor y suelta una carcajada cristalina, me toca las piernas…

- ¿Y tus escamas?...

Me miro asombrada y veo que efectivamente no luzco mi cola de pez si no mis piernas humanas, no lo entiendo, debo de estar aquí por una gotita de agua y ¿Pía sigue hablándome sin abrir la boca o es que estoy ciega además?.

- Si que estás aquí por una gotita de agua, y ¿porqué quieres que abra la boca para hablar contigo?, sólo puedo hablar contigo, aún no he aprendido el lenguaje humano, ya voy entendiendo muchas cosas, ¡pero no se hablar!.

- Claro, que razón tienes, solo los niños conserváis el don de la magia, luego, lo vais perdiendo, en cuanto aprendas a hablar ya no podremos hablar así, pero sigo sin entender porqué no tengo mi cola de pez si me has llamado con una gotita de agua.

- No te he llamado yo, has sido tú la que te has puesto la gotita de agua…

Me llevo la mano a la frente y ¡es cierto!, tengo una gota de agua que se escurre por mis dedos bajo mi incrédula mirada, no tanto como la tuya que nos miras a las dos intentando averiguar que hacemos mirándonos sin decir nada de nada, te la enseño y no tienes ni idea de qué es lo que te quiero decir.

- Te parecerá bonito venir a mi tierra y no avisar siquiera, ¿no?, y ¿como has encontrado a este revoltillo?, menudo susto me ha dado, en un segundo se me ha despistado.

La coges por debajo de los brazos y la elevas todo lo alto que te permiten tus brazos, ella ríe de nuevo a carcajadas y simula volar…

- Pues, verás… creo que me ha encontrado ella a mí, creí que me había llamado con una gotita de agua, pero mira – levanto un poco mi falda para que veas mis piernas, ya a la vista sin necesidad de levantarla, así que la bajo inmediatamente un poco azorada- ¿ves?...

- Hombre, pues sí, emmm… ¿bonitas piernas?... -y te encojes de hombros atravesándome con la mirada y una sonrisa burlona- pero no es sitio este para esto ¿no?.

- ¡No hombre!, déjate de bromas que esto es muy serio, ¿no ves que no tengo mi cola?, y ¡soy yo la que tengo la gota de agua en la frente!.

- No se lo que quieres decirme, toma a Pía que voy a por Iker que al final pierdo a uno y la cabeza por tu culpa, sirenas, ¿Quién las entiende?- y sales corriendo y en un segundo te pierdes de nuestra vista entre la gente-

- Bueno, Pía, nos hemos quedado solas, pero no te preocupes que papá viene en un segundo, ha ido a buscar a tu hermanito.

- Ya lo sé y también sé porqué te has puesto una gotita de agua en la frente…

- ¿Yo me he puesto una gotita de agua en la frente?... ¿porqué?...

- Porque se te está olvidando pasear por el fondo del mar y necesitas a papá para que te recuerde que es ser una sirena.

Empiezo a reírme de su ocurrencia, pero esos ojos verdes clavados en mi, interrogantes, me hacen parar y recapacitar justo cuando llegas con Iker que se abraza a mis piernas y ¡está hecho un hombrecito!, ¡cuanto ha crecido en estos años!, te devuelvo a Pía y abrazo a Iker que me dice al oído, -¿Dónde están tus escamas sirena?-

- Creo que las he perdido.

- No las has perdido, solo necesitas un empujoncito para volver a encontrarlas – y miras a tu padre con la misma sonrisa burlona que has heredado de él.

- ¿Se puede saber que es lo que os traéis entre manos los tres?- miras a Iker a Pía y me dejas clavada a tus pupilas esperando una respuesta.

- ¿Crees que he perdido las escamas?, ¿Qué he dejado de ser una sirena?...

- Eres una sirena, puede que tengas demasiado polvo en los pies, puede que hayan perdido el brillo tus escamas y que hayas olvidado nadar por el fondo del mar que es lo mismo que volar, pero eres tú y no debes olvidarlo- y sin mediar ni una sola palabra más sueltas a Pía en el suelo, me coges en brazos ¡y acabo de nuevo en el estanque!.

- ¿No te referirías a este tipo de empujoncito verdad Iker?- mi cola de pez sale por el bordillo del estanque y pienso – Lo que faltaba, ¡vuelta a empezar!, espero que en la sala VIP no haya nadie…

Vuestras risas se oyen por encima del murmullo de la gente y le digo a Pía, solo con el pensamiento

- Qué razón tienes, la gotita de agua esta vez me la he puesto yo, hace falta que los amigos, los que te quieren, de vez en cuando te recuerden quien eres.


4 comentarios:

Natàlia Tàrraco dijo...

Iker, Pia...y la gotita de agua mágica que le recuerda las escamas de sirena.
Hermoso relato, ternura, misterio, dulzura salada de sirena auténtica, qué suerte la de Manu recibir un regalo como éste, me pregunto si le conozco, todo es posible si interviene una sirena.
Besito yodado y nadador de hace un rato, nada más.

Natàlia Tàrraco dijo...

Añado: Ayyyy mi sirenita, en esas aguas saladitas de la imagen, me baño, nadamos juntas.

Natàlia Tàrraco dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Susurros de Tinta dijo...

Mi Diosa Gatuna, yo contigo al fin del mundo, si además es en un mar como ese, ¿quien se resiste a la tentación?, creo que no conoces a Manu, él se mueve por Wordpress y por Face, le he invitado un millon de veces a nuestros jueves porque sería un buen fichaje sin ninguna duda, pero me temo que él es un cuervo inquito que le gusta volar libre y en contra del viento, jejeje, miles de besosssssssssss