Te susurro?...

No, cariño, no es mérito mío que tu imaginación sepa volar y que al cerrar los ojos te sientas a mi lado...dime amor, si me dejas que te susurre un ven acércate, ¿no sientes mi mano sobre tu hombro?, ¿no escuchas los latidos de mi corazón dispararse?, seguro que sabes el color exacto del rubor de mis mejillas al acercarte...



Nos atamos los deditos, disparamos los corazones...


Sin embargo conoces el sonido callado del deseo en mis suspiros y el justo y preciso vaivén de mi pecho al respirarte cuando te beso, suave, casi sin que percibas el roce de mis labios al besarte...lo conoces, ¿verdad?, no necesito describírtelo...


De pensarme me gastas el nombre y no sabes como llamarme y si me tienes al lado te asustas y me haces callar para no oírme decirte cuanto te amo, al segundo sientes haberme hecho callar y mil palabras se te agolpan en la garganta, todas las que me has dedicado en tus sueños, todas las que brotan de tu mente sin ningún esfuerzo, las que quieres y no quieres decirme, que aún calladas llegan a mi sin forma, por eso mismo en vez de perderse como pretendes se amoldan perfectamente a mi piel, que te siente, que te tiene siempre a mi vera, a cada segundo, sin descanso, sin tregua...


Nada puedes hacer para que escriba, solo con existir, con estar, con mimarme sin querer ya lo haces, solo puedes hacerme callar, y aún callando el amor encontrará la forma de llegarte, que hasta en el silencio a veces viajan los besos, los versos no son más que el aporreo de la puerta indicando que va a entrar, aunque si no se aporrea no se evita que el amor entre... sin llamar...


Y pronuncias mi nombre, casi en un suspiro ahogado, siento el aire denso condensarse en tus pulmones...y el corazón me explota porque tampoco puedo hablarte, y te amo por todo lo que callas más que por todo lo que puedas decirme, y son tus silencios lo que me conquistan, y si hablaras serían tus palabras, no hay remedio para esto que sentimos, así lo gritemos a los cuatro vientos, así lo guardemos muy dentro, en un silencio íntimo, porque los dos sabemos perfectamente lo que sentimos.


Pero si me dejaras, ¡ay amor! si me dejaras, cantarle al amor cual loco trovador que canta a la luna, si me dejaras, ¡ay amor! si me dejaras, susurrarte cada día para soñarte y que me sueñes, para que no pudieras desprenderte de mi piel ni un segundo, si me dejaras, ¡ay amor! si me dejaras, encenderte en un beso y convertir mi cuerpo en oasis para tu sed, puede que aprendieras más aún de lo que es posible hacer con la imaginación si la convirtieras en vela que moviera el viento de mis susurros...

Ahora ven y acercate, mírame y dime...¿te susurro?...pues convenceme...