martes, 26 de enero de 2010

Resucitando


Necesito tu esencia para revivir, toda la que puedas darme, ahora, en este instante, me volveré provocación para tentarte, mi cuerpo el instrumento que saque tu animal interior, mis palabras fósforo para encender el volcán de tu pasión y mis caricias lava que prendan en la llama del deseo tu piel y tu sexo...
No voy a darte cuartel de miradas y besos, ataco por tu espalda, me abrazo a ti clavando mis pechos en tu cuerpo, mis manos en tu entrepierna y muerdo tu cuello en ese exacto límite donde la pasión se vuelve dolor, un sobresalto seguido de un gemido me recibe, echas la cabeza hacia detrás abandonándote a mis manos que llaman a la sangre en caricias suaves, y esta obediente llega inflamando tu sexo que crece por momentos entre mis dedos y asoma por el boxer que ya no es capaz de contenerlo...
No es suficiente, quiero que pierdas el control, que me uses como objeto, me arrastro hasta quedar frente a ti de rodilla y te digo, sumisa, con esa actitud de niña que tanto te gusta, “mándamelo”...
Te quitas el boxer de un solo tirón y la agarras caliente, imponente, enorme frente a mi boca y me agarras del pelo mientras me la acercas y me dices casi en un quejido, “chúpamela”...
Lleno mi boca con tu sexo, el roce de mi lengua te hace gemir de placer, imprimes el ritmo y el movimiento, mientras observas con lascivia como entra y sale de mi boca en el momento que decides, apartas algunos mechones de pelo que no te dejan ver bien y tu excitación sube al ritmo de tus jadeos, siento como el ser primitivo del deseo te posee hasta que ya no puedes más y tiras de mi hasta ponerme en pié...
De un tirón, agarras mis pechos con ansias y te pierdes en mi canal con un rugido gutural, sin paciencia no desabrochas mi sujetador, que lo arranchas hacia abajo, los encajes blancos se han quejado y apenas se han oído con mis gemidos de placer, al sentir el calor de tu boca acelerarse en mis pechos, pasar como loco de uno a otro sin cuartel, me duelen los pezones de erectos, de tus mordiscos que apenas controlas tus ganas...
Sin parar de morderme, chuparme y succionar bajas una mano a mi sexo, con habilidad la cuelas por las blancas braguitas hasta encontrar la humedad y el calor que hace de reactivo y renueva tu pasión, y lo frotas hasta hacerme daño y un quejido se escapa de mi garganta...
...”Calla”, me ordenas y dejas de tocarme porque tu pasión no está para caricias delicadas, agarras tu sexo para meterte dentro de mí con tanta fuerza que me cortas la respiración...”¿me sientes?”, preguntas y no puedo responderte, clavo mis uñas en tu espalda para que hablen por mí, me muerdes la boca y me pides la lengua que succionas a la vez que empujas y relajas metiendo y sacando tu sexo de mis entrañas, nuestros gemidos y alientos se confunden, se mezclan, se buscan al ritmo que marcas con tus caderas, voy a morir, el corazón se me dispara y con tu grito desgarrado noto las pulsaciones de su esencia invadirme por dentro, llenarme, revivirme en un orgasmo vital que llega breves segundos después del tuyo...


Caemos al suelo aún abrazados, aún dentro de mi y con nuestras bocas pegadas, en un beso ahora suave y lento, tu sexo se vuelve blando y se escapa del mío junto al calor de tu semen corriendo por mis piernas...
Cobijas tu cabeza en mi pecho, como un niño pequeño y me abrazas con fuerza, mientras enredo mis dedos en tu pelo en un mimo, me preguntas...
¿A cuento de que ha venido esto?...
Yo no digo nada, sonrío y pienso en mi hermanita y sus pócimas resucitadoras que siempre funcionan...

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