Encuéntrame ahí donde me perdí, en esa encrucijada
de caminos
donde el cartel estaba equivocado,
o quizá no
y recorrí el camino más largo pero el único
que me llevaba a ti
desde mis errores, desde la desolación, desde la tristeza,
para hallar
tu mano abierta o cerrada, depende de ti,
pero solo encontrarte,
en este a veces tortuoso camino que es la vida,
ha merecido la pena.
Desde este soliloquio en la soledad de mis pensamientos,
sólo a ti me dirijo,
entrelazo letras con susurros para decirte,
bajito, muy bajito,
que solo tú sabes y puedes llegar a mi corazón cerrado,
conoces el camino
y mientras tanto sigo andando o pensando o perdiéndome,
porque este reloj
no para de contar los minutos, las horas, ¡los años!,
fluye la vida,
en latidos cálidos en mis venas retorcidas, ¡vivas!
tú atrás,
cada vez más alejados de ese punto donde nos encontramos,
no lloraré,
bien lo sabes, que antes me rompo que doblarme,
sólo una sonrisa.
Este jueves lo lleva mi querido amigo Pepe desde su blog Desgranando momentos, en él encontraréis más encrucijadas, yo os muestro el camino correcto, vosotros decidís si lo tomáis, la vida es una contínua encrucijada.
LA VERDADERA LEY
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*En aquel tiempo, Jesús entró otra vez en la sinagoga y había allí un
hombre que tenía una mano paralizada. Lo estaban observando, para ver si lo
cura...
Hace 5 horas