jueves, 25 de septiembre de 2014

Este Jueves un relato: Hablemos del silencio.

El silencio se ha hecho dueño de la humanidad, es el arma de destrucción del pecado de omisión, que es el peor pecado que existe, por parecer tan inofensivo.

Silencio que se esgrime ante tanta mentira, inmoralidad, estafa, agresividad, deshumanización, destrucción…

Tan acostumbrados al silencio que hasta callamos los buenos deseos, los latidos del corazón, los pensamientos y claro, así, ¿cómo vamos a entendernos?.

Permitimos con silencio la decadencia de esta época que nos ha tocado vivir y solo callamos, el silencio campa a sus anchas por las almas humanas.

Y yo, que solo susurro, a veces muero por no poder sacar ese grito desgarrador que me resuena por dentro… en silencio.

Señor, Señor, Señor… confieso que he pecado y peco de lo mismo que Tú, pecamos de silencio.



El resto de compañeros que participan en este jueves en casa de nuestra conductora por esta vez Matices, ¿no irás a escuchar otros silencios?.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Romanticismo, tesis de una sirena.

Una amiga, como ya muchos sabéis, nos pidió ideas en un grupo de Wasap para hacer algo romántico y celebrar el primer aniversario de su noviazgo, ¡y no!, ¡no soy! yo que las sirenas somos escurridizas y nos negamos a “ennoviarnos” con humanos, ¡pero si no os entendemos!, por eso sigo investigando y pidiendo ayuda a mis lokitos.

Pues bien, solo contestaban chicas y proponían desde restaurantes preciosos, hoteles en sitios paradisíacos, y esas cosas que he venido observando que las mujeres consideráis romántico y me pregunté si el romanticismo es lo mismo para hombres que para mujeres y he aquí mis conclusiones con todas las respuestas que fui recibiendo.



No hay una norma general entre hombres y mujeres, pero si he podido observar una tendencia clara: los hombres pueden pasar perfectamente de las flores, bombones, regalos y sitios que las mujeres consideráis románticos y si actúan así lo hacen por complacer a las mujeres, claro está, que hay excepciones que lo hacen porque les gusta y disfrutan de ello, (mmmm sigo pensando que disfrutan de ver la carita que se le pone a ella con estas cosas, pero, quede constancia que tengo amigos que consideran estas cosas románticas y disfrutan de ellas).

Parece ser que algo fuera de lo que se considera establecido como romántico y se salga de la cotidianidad gustaría tanto a hombres como a mujeres y he aquí que en este caso entrarían las cosas más locas y disparatadas o cualquier cosa de lo más habitual que se convierte en romántica por compartirlo con la persona amada.

Ahí parece que está el punto indispensable del romanticismo, compartir con la persona amada y esa es la conclusión a la que he llegado.

Solo puede haber romanticismo si hay amor.

Habiendo amor, el conocer a la otra persona es fundamental, sus gustos, preferencias, aficiones, cuando se ama, hay que agasajar al otro, ponerse en su lugar e intentar sorprenderle con algo que le guste y es ahí donde nadie puede ayudar a nadie.

Cuidado amigos míos, si vuestra pareja os agasaja con un detalle que no os gusta, plantearos seriamente si ha desaparecido el amor, no por su parte, si no por la vuestra propia, porque como siempre digo, el amor es una enfermedad y cuando se está enamorado no se ven defectos en la persona amada.



Vale, ahora me mojo, ¿qué puede considerar romántico esta sirena?.

Pues antes de esta investigación me consideraba un pez bastante raro, porque me han regalado flores y me ha sentado como una patada en las escamas y sin embargo un paquete de palomita compartido me pareció lo más romántico del mundo… está claro que para que algo sea romántico solo hay que sentir amor y en eso parece que el corazón de esta sirena no es tan distinto al de los humanos.



Os deseo muchos momentos románticos en vuestra vida, creo que no hay nada como vivirlos, ni que de tanta felicidad, pero os advierto, no os empeñéis en buscarlos, eso se da o no se da y la felicidad se puede encontrar en miles de cosas y el empeñarse en el romanticismo lo mismo nos distrae de todo lo que nos puede hacer feliz.

Así que marineros míos, haced el favor de no enviarme paquetes de palomitas para el microondas, emmm o bueno, alguno no me vendría mal para las sesiones de cine tirada en el sillón, pero no esperéis nada a cambio que sea un gracias y compartir el sillón, ¿ehhhh?, ni por supuesto se os ocurra enviarme de esas horribles palomitas de colores dulces, puag!, aunque bien pensado, se de unos cuantos que si me las regalara…¡Eh! ¿Qué pasa?, no esperaréis que un sirena tenga corazón para un solo marinero ¿no?, jajaja, ¿qué iba a ser de mi reputación?... miles de besosssssssssssssssss.