lunes, 30 de abril de 2012

El pescador de sirenas.

Porqué quieres enamorarme, mis escamas son afiladas y si te acercas, aunque yo no quiera te cortarás, luego me dolerá contemplar tus heridas, las lavaré con agua salada, pero escocerá y terminarás odiándome a pesar de estar cuidándote.






Voy a enamorarte sirena, quieras tú o no quieras…






Me molesta tu insistencia y me revuelvo incómoda en la roca, te ríes de mí al notarlo y me regalas una de esas amplias sonrisas que me sonrojan…






No insistas, ya te avisé que tengo el corazón cubierto de escamas, un mar infinito por explorar y no quiero ni puerto ni pecera donde regresar.


Lo susurro bajito porque no quiero que mi voz te hiera…






Me rodeas, me abrazas por la espalda, despliegas tus alas y echamos a volar… de nada sirve que me resista, que te haya dicho mil veces que las sirenas solo somos de mar y de tierra, el vértigo me invade y retuerce el estómago hasta cortarme la respiración, vuelas al ras del agua para que pueda rozar las olas con mi pelo y luego aterrizamos suavemente de nuevo en la roca, me cuelgo de tu cuello para no caerme y posas un beso en mis labios que provoca un vértigo peor en mi que el vuelo…






Hasta mañana sirena…






Te vas y se que tengo un día entero para volver a pegar mis escamas antes de que vuelvas para arrancármelas o desaparecer, que se bien que eres pescador de sirenas, pero no cuidador de corazones…


jueves, 19 de abril de 2012

Poeta de versos callados.

Dibujo: Luis de Burg


Lástima que llegaras a la orilla de mi piel con el corazón forradito de heridas, dolor y miedo, porque me gusta todo lo que he probado de ti…


Tu mirada transparente, el sabor de tu sonrisa en mi boca, la textura de tu piel en mis dedos, el encajar de tu orografía en mi cuerpo activando cada una de mis neuronas, esa brutalidad casi infantil que siempre me hace reír a carcajadas y no consigue ocultar esa sensibilidad que se adivina en tu forma de ver el mundo a través de un objetivo, en las letras que desparramas desnudando el alma, tus ganas de vivir y morder cada día para comerte cada instante, esa seguridad en ti mismo y esa autoestima de la que haces gala y que tanto necesitan que las cuiden y mimen…como trabajas con tus propias manos para esforzarte en transformar tu casa en un sitio que habite cómoda tu alma y sobre todas las cosas, esa forma de mirarme que dibuja mis contornos para dejar de ser invisible, incluso para mí misma, y me ruboriza hasta querer desaparecer de nuevo...

Lo intuyo, lo sé, de nada sirve que intentes ocultarlo, eres un Poeta de versos callados.


Lastima que llegaras a mí con el corazón ya mudo… o puede que no y sea una suerte, porque un latido, solo uno, una sola palabra, un solo verso y puede que fuese suficiente para derribar las murallas de inquebrantables escamas de acero que construí alrededor del mío…

A mi Poeta, ya sabéis, pasaros por su casa, es un mar del sur donde esta sirena se siente mecida con sus olas de letras, gracias niño por existir...