lunes, 29 de agosto de 2011

Estrellas en el pelo, luna en sus escamas...

Llevaba en el pelo enredadas miles de estrellas, pero quiso estar hermosa para él y comenzó a peinarse su larga y salvaje melena, despacio, con paciencia, con la fuerza que da un amor inmenso e inigualable...

Él la miraba peinarse y embobado, veía caer las estrellas de su pelo, la delicadeza de sus manos al ir deshaciendo uno a uno sus enredos y dejar los mechones de pelo suaves y ondulados, esperando poder acercarse sin que le quemaran...

Cuando ella acabó y buscó en su mirada la aprobación y el despertar de su amor, solo le vio mirar tristemente el suelo, lleno de miles de estrellas que se apagaron al ya no colgar de su hermoso pelo. Hermoso si, pero ya vacío de todo el universo...

Él se marchó por donde había venido, en la misma ola de mar que lo trajo a la roca.

Ella se quedó sentada bajo la no noche para ver si las estrellas del cielo querían de nuevo confiar en su pelo.

Solo la luna le prestó su luz reflejada en sus escamas para que de nuevo brillara.

Al ver de nuevo luz él volvió pero ella le dijo, “mejor vuélvete por donde has venido, no voy a quitarme las escamas”, contuvo el mar en sus pestañas porque ya sabéis que las sirenas no lloran.

Él no puede acercarse a sus escamas porque son del mejor acero y cortan, ella no se las puede quitar porque la luna dejaría de prestarle su luz y él dejaría de mirarla.

Él cabalga en las olas que más se acercan a su roca y enamorado como nunca la observa, ella cuando le ve pasar, le susurra poemas, pero no se pueden tocar, ella sabe que cuando se le acaben los poemas, su amor se acabará.


lunes, 22 de agosto de 2011

¡Llueve en Agosto!

Falta la luz, 
me lo han susurrado mis retinas
y mi piel helada que se eriza con el frío,
el sol se ha escondido detrás de las nubes,
tanto calor es lo que tiene,
que evapora el agua
para formar nubes grises y esconder el sol. 
Puede que con el amor ocurra lo mismo,
si se le da tanto calor se oscurece...

miércoles, 17 de agosto de 2011

Este jueves un relato: La escoba y lo que esconden las palabras

Me escuecen los dedos de ganas de escribirte y sin embargo no se que decirte... se que el corazón me late, lo siento revoltoso en los latidos de mi garganta, en el terremoto de mi pecho, en el temblor de mis manos... mis manos que quieren posarse en el teclado y susurrarte y no encuentro las palabras, a veces creo que se me han agotado alimentando los sueños, esos que recrean un beso, una caricia, un abrazo que cobije ese vacío que a veces siento como un muro que me aprisiona, que hace más largo el tiempo y el espacio que nos separan.



¿Para qué escribirte?, si las agoté todas y cada una de ellas diciéndote cuanto te amaba, cuanto te necesitaba, y llené tu alma de todas ellas hasta dejarla exhausta, dime amor que has hecho con ellas, ¿las barriste y las metiste en bolsas de basura, como polvo, como todo eso que estorba?, o aún queda alguna retumbando entre latido y latido, entre las noches tan largas, adornando tu soledad acompañada... no se si las guardas, ni se si las recuerdas, ni se si aún alguna te conmueve y te lleva a nombrarme calladamente, solo se lo que ha quedado detrás de todas ellas, esta tristeza infinita de quien ama y ya no le quedan palabras para contar que es lo que esconden las palabras que calla.


Más palabras en casa de nuestro querido Juan Carlos...

jueves, 4 de agosto de 2011

Este Jueves un relato: La banalidad del mal.

Decido volver a incorporarme a los jueves, (bueno, no yo, si no mis deditos que ya necesitaban escribir) y me encuentro con la propuesta de Juan Carlos que se habrá quedado más ancho que largo al proponernos este tema tan complicado... ya me estoy arrepintiendo de haber vuelto y eso que aún ni he empezado, veremos donde me lleva esto, algo me dice que a nada bueno.


En C.O.U. (curso que se corresponde hoy día con segundo de Bachillerato) casi no me suspenden Filosofía porque me negué a hacer un trabajo sobre San Agustín, yo insistía a D. José que eso que el mal era la ausencia de bien (como la ceguera es ausencia de la vista) era tan absurdo que me era imposible leerlo y concentrarme para hacer el comentario de texto, menos mal que los profesores de antes nos obligaban y hacían oídos sordos a nuestras protestas, porque si no hoy no conocería esta absurda (no me he caído de mi burro) teoría de San Agustín que con los años la he ido transformando a mis propias creencias y experiencias, si Dios es perfecto, omnipotente, infalible, ¿como iba a dejar espacios sin rellenar de bien, por mucho que se intente apartar el humano del camino del bien?, por tanto llegué a la conclusión que Dios no existe y que efectivamente el mal se cuela donde el bien no tiene cabida (si, lo se, si San Agustín levantara la cabeza y viera lo que he hecho con su teoría se volvía a morir del sofocón).

Pero no es Dios si no los hombres los que tenemos que rellenar esos espacios con el bien, pero para eso debemos tener definido el bien y ahí voy con otra de mis teorías particulares, el mal es todo lo que daña a otros o a nosotros mismos, ¡toma ya!, para definir el bien por tanto, le doy la vuelta a la tostada y digo, TODO LO QUE NO ES MALO ES BUENO, así que si por dejadez, cobardía, por vaguedad, por egoísmo no hacemos el bien que podemos hacer, definitivamente dejamos un hueco para el mal y nos estamos comportando mal.

Es más y me permito ir aún más lejos, si hacemos un mal gratuito, no sólo dejamos hueco para el mal, en este caso estamos destruyendo un bien que estaba y nos lo hemos cargado de un plumazo, por tanto aquí me contradigo a mí misma y EL MAL ES CAPAZ DE EXISTIR POR SI SOLO sin necesidad de esas ausencias de bien e incluso destruir el bien, ¡ay!, de esta me cargo directamente a mi profesor de filosofía si cayese en sus manos este intento fracasado de paradigma que me he sacado de la manga para analizar el mal y eso que en cinco años no lo vi alterarse ¡ni una sola vez!.

Lo que si tengo claro es que EL BIEN ES UN ESFUERZO DIARIO, UN ENORME TRABAJO QUE NO SIEMPRE ES AGRADECIDO PERO SI GRATIFICANTE EN SÍ MISMO, que no entiendo ni entenderé jamás el mal gratuito e injustificado, entiendo la vaguedad a la hora de hacer el bien, no somos infalibles y nos cansamos, ¿pero y ese mal gratuito?, no sé, por poner un ejemplo: eso de que arañen un coche con una llave, ¡¿alguien me explica que disfrute, compensación o satisfacción tiene el degenerado que hace algo así?!.

Solo sé e insisto en ello que malo es todo lo que hace mal a los otros o a nosotros mismos y que cualquier justificación moral, social o íntima no es más un calmar nuestras conciencias, TODOS Y CADA UNO DE NOSOTROS SABEMOS LO QUE ESTÁ BIEN O MAL y cuando no hacemos el bien, somos egoístas y malas personas, pero somos humanos y fallamos y nos agotamos, incluso hay veces que el hacer bien a alguien nos daña a nosotros mismos o a otros y que no es nada fácil y ese conocimiento sobre mí misma hace que cada día me esfuerce por ser mejor, así que tened paciencia conmigo, seguid enseñándome, porque yo, aquí y ahora, confieso delante de todos mis amigos que no soy infalible y que por mucho que lo intente, irremediablemente, SOY UNA MALA PERSONA.

...ya, ya veía yo venir que esto de filosofear no me iba a llevar a nada bueno y encima ni he empezado a leer al resto de compañeros “jueveros”, mi pobre neurona oxidada de esta no sale viva, Juan Carlos, ¡esta me la pagas, por mis escamas que me la pagas, palabra de sirena!



Más males bien intencionados donde el amable conductor de este Jueves, nuestro amigo Juan Carlos